La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe al edadismo como la forma de pensar, sentir y actuar con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad. Y este tipo de discriminación es un problema real en el entorno laboral actual. Se discrimina a las personas por su edad en diferentes formas:
- A las personas mayores de «X» años se les dificulta el recolocarse en un trabajo por su «avanzada» edad.
- A los jóvenes menores de «X» años no se les brinda la oportunidad de dirigir proyectos o tomar decisiones por su juventud y “falta de experiencia” o madurez laboral.
Estas barreras que tenemos las hemos creado nosotros mismos a través del ejemplo en casa y la sociedad en la que interactuamos. Por ello es que el valor de las «X» varían según el entorno social. En Latinoamérica, por ejemplo, a personas mayores de 45 años se les dificulta conseguir empleo, así como a los jóvenes menores de 25 años.
Estas percepciones, sin embargo, no son nuevas podrían tener mucho que hacer con que en nuestra infancia nos inculcaron que las personas productivas tienen entre 26 y 45 años. Entonces, podemos estar pensando que personas fuera de este rango etario no son tan productivos para la organización. Y esto lo reflejamos en las interacciones con los demás y en las decisiones laborales personales.
¿Qué fomenta el edadismo en el entorno laboral?
El edadismo se fomenta a través de diversos mecanismos, que van más allá de las empresas meramente: Puede ser formentado por la persona, por la sociedad o por las instituciones (públicas y privadas). Estos mecanismos son apoyados por percepciones, creencias conscientes e inconscientes, políticas institucionales o sociales que ayudan a formar la percepción en el entorno laboral respecto a la edad.
Por la forma en cómo se expresa, al edadismo puede ser de 3 tipos:
-
Edadismo Institucional
En este caso son las empresas y organizaciones las que fomentan el edadismo a través de sus políticas. Por ejemplo: contratar a personas hasta los 35 años para ciertos roles, tener gerentes mayores de 30 años, no ascender a personas mayores de 50 años, etc. Tengamos en cuenta que a veces, las políticas no están explícitamente escritas, pero son implícitas o durante la decisión, los decisores acuerdan no seguir adelante con una persona por motivos de edad, de tiempo que le queda con la empresa o con el retorno que van a conseguir en base a los años que le queda como parte de la organización. Usualmente estas políticas se justifican por resultados financieros o retorno sobre la inversión en la persona, y al considerarse “razonables” tienen a perpetuarse sin cuestionamiento.
-
Edadismo Interpersonal
Cuando en nuestras interacciones sociales discriminamos en base a la edad y lo comentamos con nuestro entorno y las personas. Por ejemplo: alguien joven brinda un consejo a alguien mayor y se le ignora porque pensamos que es muy joven y aún “no sabe”, o cuando se dice a una persona mayor que no “entiende la tecnología” por su edad, incluso antes de intentar enseñarle, etc. El edadismo interpersonal se fomenta en el hogar y entorno social, y se perpetúa porque las personas con las que interactuamos comparten nuestra percepción y discriminación en base al rango etario.
-
Edadismo Interno
Son las reacciones personales ante uno mismo en base a la edad. Por ejemplo: Si tenemos la percepción de que uno solamente es productivo hasta los 60 años, trabajaremos con toda tu energía hasta esa edad y luego pensaremos en detener tu crecimiento profesional hasta que llegue el momento de retirarnos. O, si creemos que por ser “mayor” no vamos a aprender a manejar ciertas tecnologías, pues no lo haremos. Asimismo, si creemos que somos muy joven como tomar ciertas decisiones, no las tomaremos. Esta percepción del inconsciente es poderosa y puede limitar nuestras oportunidades.
¿Cómo combatimos el edadismo?
Hay varias estrategias, pero al igual que con otros tipos de discriminación, su erradicación requiere un trabajo multinivel. Debe ir desde lo regulatorio, hasta lo social, pasando por la educación.
En términos legales se deben implementar políticas y legislación laboral que ayuden a fomentar la erradicación de la discriminación por edad. También debe existir penalidades por un trato desigual en los derechos laborales debido al rango etario. De esta forma aseguraremos entornos inclusivos donde las personas puedan ofrecer lo mejor de sí sin que se violen sus derechos humanos, en particular el derecho a un trabajo justo.
En lo social debemos desarrollar vínculos entre personas de diversas generaciones para ayudar a comprender el valor de personas de distintas edades. Al pasar tiempo juntos las personas relacionan lazos empáticos para poder comunicarse y comprender más a fondo a los otros. Las relaciones intergeneracionales se fomentan, en muchos casos, desde el hogar con familias extendidas y por ello es importante que exista un trato respetuoso entre niños, jóvenes y adultos de todas las edades. Este trato será lo que nos llevemos como concepciones a través de las cuáles apreciamos a quienes nos rodean.
Finalmente, muchos de nuestros valores los aprendemos en la escuela y centros de estudios. Por ello, la educación es vital parar lograr la erradicación del edadismo. Si comprendemos y respetamos los roles que cada persona juega a su edad, podremos respetar a las personas de diversas edades por lo que nos pueden brindar como parte del equipo de trabajo y la empresa.
El Futuro del Trabajo es diverso, y necesitamos ser inclusivos para generar innovación sostenible, que aporte a la sociedad diversa en la que vivimos. Por ello, no podemos ser tolerantes con el edadismo en el entorno laboral, ni en la sociedad…¡hablemos del tema!
Autora
Deseo registrarme en Selection LATAM para Seleccionar al mejor talento
Comentarios recientes